SERGIO FERNÁNDEZ LUQUE. Cocinero de “Saber Vivir” en TVE.
Mi testimonio sólo es el mensaje de un CRISTIANO, que simplemente está en camino, intentando ir siempre de la mano con Cristo, muy lejos de una idónea santidad, lejos de saber perdonar sin rencor, lejos de cumplir íntegramente los mandatos del Señor… pero cerca de entender el recorrido que Dios quiere en mi vida.
¿Cuántos años pasé creyendo que sólo yo era el que tenía que salvarse a sí mismo? ¿Cuántas veces critiqué la opción de vida de los demás? Y, ¿cuántas veces creí que Dios era únicamente un Juez, que me impondría un veredicto como resultado de mi vida? ¡Cuánta ignorancia en tan poco hombre! Y es que, no me había enterado de nada, absolutamente de nada. El único que me iba a conceder la vida eterna era Cristo, el único que me miraría con ojos divinos era Cristo y el único que entendería mi vida sería Cristo.
Por fin empecé a sonreír, a saberme amado, con un amor incondicional, sin esperar nada a cambio, sin exigir un baremo inalcanzable, y a comprender que Cristo no se escandaliza de nuestros pecados (Él, ya pagó suficiente en la cruz). Por ese motivo no debía volver a crucificar a Cristo de nuevo con mis egoísmos, miedos, tensiones y rarezas.
Dios es tan bueno que, aunque nos pasemos media vida “estando a por uvas”, Él nos da a cada uno catequesis personalizadas a la carta, y así es como un servidor se enteró, por fin, de la misericordia del Buen Pastor…
Mis catequesis personalizadas abarcaban los siguientes temas (temario que algún día me caerá en el examen final de junio… prometo no llevar chuletas, Dios lo ve todo…):
TEMA 1: SONRÍE.
Mantén siempre el buen humor en tu vida. Dios es alegría. Nadie que se siente amado puede estar triste, ríete siempre de lo que te rodea porque sólo así transmitirás a Dios. Conviértete en el humorista del tiempo. A tu lado hay mucha gente que espera tu sonrisa. El que ama y sonríe está condenado al éxito.
Dios me dio a mi abuela como testimonio vivo. Ella siempre estaba de buen humor, riéndose de todo y desdramatizando cada momento de la vida. Incluso en el último día de su vida en esta tierra, justo cuando daba la mano a la muerte, se estaba riendo y Dios la premió, la premió concediéndola su última semana de vida varios regalos (unción de enfermos, confesión, comunión, oración y extremaunción…). Todo esto para una mujer no demasiado beata pero llena de amor.
TEMA 2: CONFÍA.
¿Quién dijo que la vida fuese fácil? No temas, Dios ya tiene pensado lo que quiere para ti. A mí me costó mucho entenderlo, pero cada segundo me sorprende más, cada decisión que yo quiero tomar, que surge en mi vida o que pido en oración, ya la tomó Él antes y si no sale lo que tú crees que debe salir… enfádate, pídele explicaciones si quieres, pero sólo así comprenderás la voluntad del que te ama hasta convertirse en el mismísimo AMOR.
TEMA 3: REZA.
Alguien un día me hizo esperar más de dos horas para tomar café. Le reproché dicho retraso y esta persona me respondió con una pregunta: ¿Si te ha sentado mal un retraso de dos horas, imagínate lo que siente Cristo cuando no rezas y le tienes en espera un día entero, una semana, incluso un mes o toda la vida?
No hagas esperar a Jesús ni un minuto. Habla con Él. Imagínatelo si es preciso sentado a tu lado en la oficina, de copiloto en el coche o arropándote por la noche. No te guardes nada en tu oración, Jesús está deseando escucharlo todo.
Mis mejores oraciones no surgieron dentro del lugar de culto, mis mejores oraciones nacieron viviendo y viendo a Cristo en las chicas marginadas por la droga y la prostitución con las que trabajo cada día (se trata de un grupo de chicas, personas para las que su vida no ha sido precisamente un camino de rosas; tanto la droga como la prostitución o la prisión han hecho mella en sus vidas; este trabajo lo realizo junto con las religiosas Adoratrices y muchos profesionales más que intentamos amar con trabajo o intentando sacar adelante cada una de las almas que generosamente Dios nos ha puesto en nuestro camino, ¡eso sí que es un reto diario!), en los compañeros abatidos por el trabajo y la falta de espíritu (muchas veces una posición económica demasiado cómoda, un buen trabajo, etc… esconden lo que no se puede esconder en lo más profundo del corazón), en el anciano que necesita hablar en la parada del bus o en mí mismo cuando veo flaquear mis fuerzas.
TEMA 4: ADMITE.
Solo podrás reír, confiar y rezar si admites tus limitaciones. No caigas en el peor error del ser humano: “compararnos constantemente”. Dios te ama a ti de manera única e irrepetible. En el ordenador de Dios tu foto está puesta de salvapantallas.
Yo pasé muchos años observando a los demás, recuerdo los magníficos años que compartí en el Grupo Universitario Santa María. En los retiros y ejercicios espirituales estaba más pendiente del tiempo que pasaban los demás rezando, que en lo que Dios quería de mí. Muchas veces cariñosamente decía para mis adentros “¿y estos tipejos qué don tienen, que son capaces de pasar una hora ante el sagrario? Y me consumía por dentro hasta que dejé de hablar a Dios, y claramente me dijo “TE AMO”. Acto seguido me preguntó: “Y TÚ, ¿ME AMAS A MÍ?”
P.D: Si algo he aprendido de todo esto es que Dios es la sencillez, es la normalidad y es lo cotidiano. No le busquéis en lo anormal, en lo heterodoxo y no deis por supuesto que se sabe querido por cada uno. A lo largo del día le gusta oír: “Jesús te quiero”…