A finales de los años setenta, con un grupo de militantes universitarios y trabajadores de Madrid, se formó un grupo específico dentro de la Milicia de Santa María con el nombre de Coloquio Montserrat.
Además de la protección de la Virgen de Montserrat, contaron con la guía de Modesto Fernández para llevar a cabo la misión de todo bautizado en el mundo que es hacer presente el evangelio en todas las estructuras de la sociedad teniendo como textos básicos las exhortaciones de Juan Pablo II: Familiaris Consortio, Laborem Exercens y Christifideles Laici.
La perseverancia en los ideales recibidos en la etapa de la juventud fueron adaptándose a la edad y madurez que iban alcanzando cada uno de los componentes del Coloquio. Durante estos treinta años se han vivido diferentes situaciones, desde los noviazgos y la creación de los matrimonios hasta el nacimiento de los hijos, que hoy forman parte de la Milicia de Santa María y son continuadores de los ideales que un día sus padres descubrieron en unos campamentos en la montaña o en unos Ejercicios Espirituales.
Las reuniones de coloquio son una gran ayuda para los asistentes, siempre están abiertos a personas que quieran conocer y vivir el cristianismo y alimentarse del conocimiento y la experiencia personal de los demás. Antes del tratamiento del tema de cada reunión se hace un rato de oración, con puntos de meditación que da uno de los componentes del grupo.
El objetivo del coloquio es la perseverancia en la misión del bautizado en el mundo, el aspirar a la santidad en la vida profesional y de familia con la palabra y sobre todo con el ejemplo personal, en definitiva es vivir el carisma depositado por el P. Morales a través de la Milicia de Santa María.
La vinculación con los Cruzados de Santa María viene, desde el nacimiento del coloquio, a través del cruzado que lo atiende en las actividades que se realizan.
Las actividades habituales son:
- Reuniones de Coloquio: temas formativos y comunicación de vivencias y experiencias apostólicas. Dos sábados al mes.
- Retiro espiritual. Un domingo al mes.
- Convivencias y Ejercicios Espirituales una vez al año.
Como proyección apostólica, colaboramos en cursillos de novios, charlas en escuela de padres, catequesis parroquiales, dando a los demás lo que hemos recibido: La llama que no se propaga se extingue, y haciendo especial hincapié en que las actividades cotidianas y de amistad con los más próximos, son la principal fuente de santificación.