Andreas y yo (Amelia) nos conocimos en el verano de 2005, en los días previos a la JMJ en Colonia. Nos casamos en el verano de 2007, nuestra hija Úrsula nació en 2008 y nuestra hija Victoria en el 2010 así que sí podemos decir que esta JMJ en Alemania produjo un gran cambio en nuestras vidas. Para nosotros, el encontrarnos en esa parroquia de Weiterstadt supuso la concreción de nuestra vocación. Esa era la sorpresa que Dios nos tenía preparada.
El hecho de que Andreas y yo nos conociéramos de esta forma nos ayudó a ver desde el principio nuestra vida juntos, de matrimonio y de familia como el plan de Dios para nosotros. Estaba claro que teníamos que formar un matrimonio y familia cristianos en los que Él fuera el centro.
Por otro lado, el habernos encontrado en la JMJ nos compromete cada vez que nos preguntan cómo nos conocimos: “¿Cómo os conocisteis, de Erasmus, por Internet…? No, no, fue en el varano de 2005 en Alemania, en un encuentro de jóvenes con el Papa.” Esta respuesta, que a veces nos ha costado dar por el ambiente en el que estábamos, la vivimos como una llamada de Dios a dar testimonio de nuestra fe.
Creo que las JMJ son muy importantes porque suponen un encuentro personal con Dios en medio de su Iglesia. Dios, en estos encuentros multitudinarios, tiene algo que decir a cada uno pero además es precioso ver cómo otros jóvenes de distintos países se están encontrando con tu mismo Dios, y cómo es ese amor a Jesucristo el que nos une y nos hace formar parte de su misma Iglesia.
Andreas y yo os animamos a vivir intensamente este encuentro con el Papa, con Dios, con su Iglesia, cada uno en la circunstancia en la que se encuentre, pero con el corazón abierto, dejándonos cambiar la vida completamente si así Él lo quisiera.